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Studio Visit: Fidia Falaschetti

28 de Septiembre de 2020
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Nombrado en honor a Phidia, uno de los escultores y pintores griegos más importantes, Fidia Falaschetti (Civitanova, Italia, 1977) creció rodeado de una familia muy creativa y artística junto a la costa este italiana. En sus primeros años, la escena del graffiti y el hip hop fueron su fuente de inspiración hasta que comenzó sus estudios de Diseño de Producción. Después de trabajar para diferentes marcas internacionales como diseñador gráfico, ilustrador y fotógrafo, fue en 2007 cuando decidió dar el salto para centrarse estrictamente en su carrera como artista. Ahora, Fidia se define como un artista pop, ‘pop’ sacado de lo ‘popular’, usando iconos contemporáneos para hablar de la locura de nuestra sociedad moderna y transformándolos en una crítica a nuestros comportamientos sociales. ‘Freaky Mouse’, ‘Donald Fuck’ o los símbolos del consumismo como hamburguesas, donuts o pastillas son parte de su imaginario y los esculpe en diferentes materiales como en madera, aluminio o incluso hormigón. Está a punto de estrenar el documental «Art Is A Family Business» en la cadena de televisión italiana Sky Arte, un guiño italiano a su trabajo y la importancia de su familia dentro del negocio y en diciembre lanzará la próxima edición de esculturas, esta vez una edición más grande que se encuentra entre el ‘toy’ y la escultura única. ¡No te pierdas sus próximos movimientos!

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«Esta es mi versión italiana del estudio, paso la mayor parte del año en Los Ángeles pero ahora mismo debido a la pandemia vine a Italia para poder pasar más tiempo aquí durante el verano. Aquí es donde se hace la mayor parte de la producción, porque con las esculturas colaboro con diferentes proveedores de mi ciudad natal. En Los Ángeles el estudio es mucho más grande y lo tengo hasta arriba de cosas, pero aquí en Italia no necesito un lugar tan grande. Es más bien un estudio familiar, mi padre ha estado trabajando conmigo desde que me mudé a los EE.UU, se encarga de seguir la producción, cuidando el proceso que siguen las esculturas, de las ediciones, los envíos… Mi hermana (¡más familia!) es la Directora de Producción. Este estudio tiene tres salas, esta principal con la mesa de trabajo, otra sala done tengo el almacén con las cajas y paquetes para ser entregados por todo el mundo y luego tengo el taller donde hago todo el trabajo más manual, de corte…».


 






«Vengo de una ciudad pequeña, Civitanova, así que me pasaba el tiempo viajando a Roma o a Milán y sufriendo para conseguir exposiciones y coleccionistas que siguieran mi trabajo. Un día hice una exposición en París con un sold out increíble y varios coleccionistas norteamericanos me animaron con la idea de que debía ir para allá y hacer mi arte: «Podemos abrirte el camino, darte la posibilidad de seguir haciendo lo que estás haciendo…», me decían. Así que fui para allá y encontré que mucha gente me apoyó. Me di cuenta de que a esta gente les gustaba mi arte, lo compraban y me apoyaban y honestamente esto no estaba sucediendo en Italia. En este momento estaba trabajando como profesor, que estaba bien, pero realmente quería ser artista. Entonces decidí que necesitaba ir al extranjero. En los Estados Unidos la gente compra arte, si ven algo que les gusta, empiezan a coleccionarte y compran uno, compran otro… Lo mismo pasa en Asia, que la gente invierte en arte. Yo mismo me convertí en coleccionista, empecé a intercambiar obras con artistas, a comprar… Es cuando me di cuenta de que realmente es una adicción, ¡quiero coleccionar ahora tantas cosas!».


 






«Realmente empecé a hacer arte cuando tenía 30 años, empecé a pintar cuadros y trabajos de arte contemporáneo porque era más barato, ni siquiera usaba lienzos, sino madera reciclada, palés, skateboards… Materiales muy asequibles. Estudié Diseño de Producción y Escenografía en la Academia de Bellas Artes, así que siempre me gustó hacer algo que se pudiera rodear, algo que interactuara con el espacio. La ‘Granada manzana’ fue mi primera escultura, la hice yo solo, un amigo me ayudó con algunos aspectos y salió muy asequible. En ese momento tenía que cubrir algunos costes de producción, pero tenía claro lo que quería. Más tarde, cuando las cosas empezaron a mejorar económicamente, invertí el dinero de las pinturas que vendí en mis esculturas. ¡Producir esculturas es mucho más caro! Tienes que hacer el molde, comprar mucho material, necesitas proveedores que te ayudan con el proceso y cuando es algo grande tienes que producirlo en el mismo lugar, no puedes traerlo de los EE.UU. o Italia. Incluso si estás haciendo las esculturas en el estudio, tienes que comprar muchos materiales. Si hablamos de mármol, ¡más aún! Madera, acero inoxidable, bronce… lo mismo. Esa es la razón principal por la que las esculturas se hacen en ediciones pequeñas, haces la primera y luego produces entre cinco u ocho. Por debajo de 9 la edición no se considera una pieza múltiple. Eso me llevó a hacer una exposición de piezas únicas, me gustó la idea de hacer piezas únicas de diferentes trabajos que han marcado mi carrera».


 






«En muchos de mis proyectos he tocado el tema de las redes sociales. Creo que se han convertido en una auténtica locura, no soy un gran usuario aunque reconozco que me gusta su lado positivo, pero creo que hoy en día la gente se está volviendo loca con esto. No sé cuánta gente hay con más de cien mil seguidores y luego vas a sus perfiles ¿y qué te aportan? La gente sólo intenta llamar la atención, cuanta más consigues más quieres y así es precisamente como funciona el consumismo, sin embargo esto no satisface tu inseguridad, sólo te vuelve aún más inseguro. Esta es una prueba de ‘Social Media Slavery’, hice el prototipo con resina mezclada con materiales naturales para hacerla más pesada. También tengo las ‘Social Security Cameras’ que son se han hecho bastante populares y saqué tres ediciones diferentes, esta de aquí es en cuero. Haré un par de nuevas ediciones donde por supuesto TikTok no faltará. El mismo mensaje que lanzo con ‘Donald Fuck’ haciéndose un selfie y sacando el dedo de en medio. Creo que tenemos que hablar más sobre las redes sociales, es algo muy importante para mí, es más, estoy planeando hacer una exposición sobre ello. Sobre cómo interpreto las redes sociales con mi trabajo. Probablemente sea en 2021, todavía estoy reuniendo todo. Creo que van a ser dos exposiciones, igual en Taiwán o en Londres, todavía no lo tengo claro».


 






«El tema de los derechos de autor es algo que he visto ya con varios abogados y aparentemente si cambias al menos el 70% de la pieza no hay una infracción pero es verdad que en cualquier momento las grandes corporaciones pueden ir a por ti, al final lo único que puedes hacer es sentarte y hablar con ellos. Para mi ser un artista no es hacer una producción masiva, la cosa está en hacer ediciones pequeñas. Lo que hago evidentemente te lleva a estos iconos, pero no son ellos, porque si te quitas las orejas, que aparentemente no se han patentado, deja de parecerse a Minnie o Mickey. Puedo jugar con ese punto y es divertido».


 






«Hoy en día creo que estamos abrumados por las galerías y los artistas, somos demasiados y las galerías y los artistas más fuertes sobrevivirán. Creo en las galerías, me gusta trabajar con ellas, creo que es una relación positiva para ambas partes. Ahora ocurre que mucha gente se pone en contacto conmigo a través de las redes sociales, pero soy muy leal. Si alguien se acerca a mí, primero normalmente pregunto dónde vio la pieza y lo redirijo a la galería si ese es el caso. Si no es así, algo que es importante que el artista haga es vender al mismo precio que su galerista. Si no tienes representación en un momento determinado, vendo las piezas exactamente al mismo precio que las galerías. Si vendes más barato, ¿qué sentido tiene el papel de las galerías? El artista tiene que ser un artista y no un comerciante de arte, pero por otro lado necesitamos que las galerías inviertan en sus artistas. Tenemos que respetar a las galerías, pero también tenemos que elegir las galerías que están invirtiendo en nosotros: en publicaciones, en producción, garantizándonos que vamos a comer al final del día. Yo no me puedo gastar mucho dinero en producir una pieza que luego una galería no podrá vender por mi».


 






«Italia para mi es el lugar para experimentar con nuevas ideas. Aquí tengo los medios para hacerlo ya que aquí están mis proveedores y las instalaciones donde produzco. Mi estudio en Los Ángeles es donde trabajo mis piezas únicas, busco ideas, dibujo… Tengo planes de volver, pero la situación es todavía bastante controvertida allí, todo está cerrado y me sentí un poco aislado allí. Y a pesar de tener a mi familia aquí, la vida en Italia se me hace muy plana, no hay muchas emociones. Los Ángeles tiene una sociedad muy joven, así que hay mucha gente creativa, hay una mentalidad muy dispuesta a todo, es muy inspirador, tanta energía, ¡tantas reuniones! Yo mismo preparaba unas cenas en el estudio que llamaba  «Feed-ia» donde invitaba a coleccionistas, artistas, curadores… Me siento querido y abrazado por la familia en Italia pero ya no me siento tan inspirado. Espero que Los Ángeles vuelva a ser lo que era antes, esto tendrá que pasar, y yo volveré».


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