El pasado invierno, Filippo Minelli (Italia, 1983) fue a encontrarse con su aislamiento voluntario. En un área industrial en algún lugar entre la frontera española y portuguesa, el artista ha encontrado su espacio de paz, vida y trabajo. «Estoy en el lado portugués, en mitad de el Alentejo. Para llegar al pueblo más cercano tengo que subir una colina y casi nadie lo conoce», dice en un ‘portuñol’ de acento italiano. «Me gustan los lugares fronterizos y además quería trabajar en un sitio donde estuviera rodeado de naturaleza, aquí todo es campo. Es un sitio absurdo, ¡no tiene nada de nada!», ríe. Su cámara, sus herramientas y su perra Chooti se han trasladado hasta esta nave industrial convertida en rincón de desconexión del mundo, de introspección y espacio de trabajo.
Sin embargo, es a través de su labor artística donde Minelli busca encontrarse con el conflicto. Su obra gira en torno a la investigación del paisaje en paralelo al conflicto político y social, y son la identidad contemporánea y la esfera pública las que vertebran su trabajo traducido a través de fotografías, pinturas o esculturas con un alto contenido poético.
Desde su lugar de confinamiento personal y a modo de diario, Filippo comparte un pedacito de su intimidad captado a través del objetivo de su cámara.
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Filippo Minelli en el exterior de la nave.
«La nave donde estoy ahora ubicado es enorme, mide 350 m2. Tengo un espacio muy amplio y diáfano de trabajo y luego tiene un baño y una cuarto donde guardo el material que no puede ensuciarse. En la parte de arriba hay una habitación. Cuando me mudé el invierno pasado traje todas las cosas que tenía en mis estudios anteriores. De Italia hay algunos trabajos y materiales viejos, pinturas… Luego en Barcelona, donde viví cinco años, tenía más material dedicado a mi trabajo de impresión, escáner 3D…».
«Es Tara Blanca, una divinidad budista. Es una pintura antigua de los inicios del s.XX que compré cuando estuve en Mongolia hace diez años y siempre la llevo conmigo. En mi día tengo muchos momentos de meditación pero no lo separo de mis tareas, es decir, viviendo en un sitio como el que estoy tengo muchos momentos de introspección, de calma, de observación… Por suerte tengo una vida que me ayuda a hacerlo de una manera orgánica. El collar es una esmeralda de una mina en Colombia. Lo traje hace dos años cuando fui a trabajar allí con un proyecto sobre el conflicto armado colombiano y los paisajes de la resurrección del conflicto junto a la Embajada de Italia».
«Llevo 10 años y medio con mi perra Chooti, ya está viejita. Siempre ha viajado conmigo a todos lados dentro de Europa. Tengo una furgoneta y es más sencillo moverme con ella».
«He hecho varias fotos de flores estos días. Las cojo de aquí cerca, es genial porque a pesar de ser un área industrial está ubicada en mitad del campo, está lejos de todo. El jarrón me lo regaló una amiga de Italia hace cinco años cuando vivía en Barcelona».
«La foto del humo rosa pertenece a la serie de ‘Silence / Shapes’ y fue una de las primeras que hice entre 2009-2010. Está tomada en un lago en una zona de campo muy cerca de donde soy yo, entre Brescia y Milán, al norte de Italia y es un área con mucha contaminación. Precisamente ahora es una de las zonas más afectadas por el virus».
«He estado trabajando sobre una serie nueva este año. Esta parece la puerta de un coche. Uno de los temas que me apasionan y que tiene parte de culpa que esté en esta área fronteriza es el paisaje contemporáneo. En el mundo del arte, y en general en la sociedad, siempre se habla del Patrimonio Histórico en relación con la identidad. Sin embargo, el patrimonio contemporáneo es una cosa diferente, que no significa que sea más bello o no, o que no tenga un valor sagrado o que sea de relevancia social pero muchas veces no se habla de esto».
«Precisamente en relación al ‘patrimonio contemporáneo’ me gusta encontrarme con cosas y utilizar el paisaje para poder permitirme hablar de la identidad contemporánea de los sitios. Es una serie de trabajos que hago sobre la idealización de los paisajes, buscan esa estética. La identidad contemporánea son este tipo de cosas».
«Este espacio de fuera lo utilizo para tareas en las que necesito ventilación, cuando quemo algo o pinto con spray. Pero es súper lindo porque desde aquí se ve la puesta de sol y vengo al final del día. No sabía cómo hacer la cocina y al final la construí yo. Le puse ruedas a esta pequeña ‘barraca’ para poder transportarla de un lado a otro y cuando hace bueno ceno al aire libre».
«Trabajo con galerías en Marsella, en Italia y en Alemania y alguna que otra vez me toca ir para allá a dejar cosas, organizar las exposiciones, casi siempre voy con el coche. También la utilizo cuando llevo mucho tiempo en el campo… Me voy a dormir frente al océano, para encontrarme».
El pasado mes de noviembre Minelli estuvo en Madrid para realizar la última serie de fotografías del proyecto que empezó más de diez años atrás ‘Silence / Shapes’ en el espacio todavía en construcción de Caleido. Entra aquí para conocer más sobre el proyecto y ver las fotos.