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Ryan Heshka: freaks, comics y su última colección de ropa

4 de Mayo de 2020
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Ryan Heshka (Manitoba, Canadá, 1970) creció viendo películas y leyendo libros que pertenecían a una época muy anterior a la suya. Los años 30 era su década preferida y la película original de King Kong una de sus favoritas. De niño le gustaban los libros de cómic antiguos y la gráfica vintage pero no fue hasta bien entrados los veinte y tras estudiar una carrera de Diseño de Interiores cuando comenzó su etapa como artista e ilustrador.


David Lynch, Roger Corman, Stan Lee y otros directores de cine y dibujantes underground alejados del circuito más comercial, han sido sus principales fuentes de referencia a la hora de crear sus novelas gráficas, comics, dibujos y pinturas. Criaturas monstruosas y otros personajes sacados de las peores pesadillas forman parte de su imaginario, así como sus poderosas mujeres armadas con sus tacones stilettos e inspiradas en el estereotipo femenino de los años 50 llenan las páginas de sus cómics ‘Mean Girls Club’ y ‘Frog Wife’.


Su trabajo es su hobby, y además de entretenerse poniéndose al día con sus shows de televisión favoritos por la noche, de lo que más disfruta es de las escapadas que hace con su hija de tres años a los bosques que rodean Vancouver, la ciudad donde vive, y que gracias a su cercanía con el océano le proporciona una vía de escape mental.


El pasado mes de febrero, Urvanity se alió con el artista canadiense y la firma de ropa urbana Tiwel para crear su primera colección cápsula inspirada en esos personajes fantásticos inspirados en el surrealismo pop con toques de humor y con un lenguaje visual inspirado en los cómics de los 50, películas de serie B, el cine clásico, la estética pulp o la ciencia ficción. Haz click aquí para ver los modelos.


 


Anteriormente habías realizado ya algunas colaboraciones con otras firmas de ropa, ¿cómo ha resultado tu experiencia con Tiwel?

Creo que ha sido la mejor colaboración de ropa que he hecho hasta la fecha. Todo fue como la seda y me sentí muy cómodo trabajando con Tiwel y Urvanity. La colaboración la desarrollamos a través de trabajo mío ya existente, lo que facilitó mucho el proceso. Fue muy divertida la idea de convertir algunos de mis dibujos en estampados o eliminar el fondo de mis cuadros para crear figuras con más fuerza. Además la calidad y la impresión han sido excelentes.






¿Cómo fue la elección de los diseños?, ¿tienes algún favorito?


Urvanity me mandó una selección de los favoritos para la colección y a mi me parecieron genial. Me hace mucha gracia que ‘Meatball’ terminara siendo una sudadera. Era un dibujo que hice para la comisaria de un show que hice en Italia, era un detalle que hice para ella y me gusta que haya terminó siendo una de las piezas, nunca me lo habría imaginado. En términos de prendas de ropa en sí probablemente esa sea mi favorita, primero porque la sudadera es súper suave y segundo por la elección del color para el fondo que funciona muy bien con la ‘albóndiga’ como estandarte. También me gusta mucho la camisa ‘Glandular’, el estampado salió increíble. Ya me he hecho con algunas para regalar a amigos.






Además del trabajo que realizas con tus pinturas y dibujos, ¿te has planteado desarrollar otros productos, como ‘toys’, por ejemplo?


Precisamente ahora estoy trabajando en el diseño de mi primer ‘toy’ con una compañía española que espero saldrá pronto a la luz. Es un juguete de diseño, una pequeña escultura. Me interesa mucho desarrollar estos productos pero al mismo tiempo ser sostenible es muy importante para mí, no quiero solo juntar un montón de plástico y listo. Me parece difícil, tengo la sensación de que todavía las compañías y nosotros mismos estamos tratando de ver cómo hacer las cosas de una manera que resulte más amable para el planeta, generar menos desperdicio… Nos queda un largo camino por recorrer.


 


Tu creación artística está repleta de monstruos y criaturas de aspecto bizarro, ¿de dónde vienen estos personajes?


Esta pregunta a lo largo de los años me ha provocado cada vez más mirar hacia dentro de mi persona. Creo que en parte la respuesta está en que mientras crecía siempre me sentí como un ‘bicho raro’, me sentía muy cohibido. Este tipo de personajes extraños que pinto probablemente vengan de un lugar en el que yo sentía que no encajaba. Pronto me di cuenta de que me sentía muy cómodo con mi mundo interior y, a medida que crecía, empecé a entender que no pasaba nada por no encajar del todo o mirar el mundo con otros ojos y pensar hay cosas de las que no quiero ser parte. La vida convencional no va mucho conmigo. Siento que mucha gente se siente identificada con esto y cada vez más. Cuando hice la exposición ‘Freak’ en Los Ángeles, el público respondió con mucha contundencia a mi trabajo, y fue esa precisamente una de las primeras veces que mientras estaba pintando esta intencionalmente canalizando a ese niño introvertido e inseguro que era y que en el fondo sigo siendo. Creo que hay cada vez más personas que simplemente no entienden cómo funciona todo eso y que además no lo quieren, que buscan algo diferente, más auténtico o tal vez más simple. Ese soy yo, así es como se sentía.






¿Qué te inspira para dibujar?


Generalmente la gente con la que me cruzo cuando ando por la calle. Las personas que realmente llaman mi atención son aquellas de aspecto más inusual, gente muy rara que a menudo terminarán convertidas en pinturas mías y en mis musas. No son simplemente gente que vista raro, son más bien personas inusuales, también fascinantes y de un aspecto que sabes identificar que algo pasa con ellos. Probablemente no les pinte directamente, pero recuerdo su aura, la forma de su cuerpo, lo que llevaban puesto…


 


Las mujeres tienen una fuerte presencia en tu trabajo. ¿Cuál es el estereotipo de belleza que buscas?


Cuando comencé a trabajar como ilustrador y artista definitivamente había un estereotipo de mujer que siempre dibujaba, esa mujer inspirada el glamour hollywoodiense de los años 50. Para mí tenía un fuerte atractivo estético y mi intención nunca fue su objetificación. No era totalmente consciente de eso cuando comencé a hacer más trabajo de estética ‘pin up’, te hablo de hace unos 20 años. Tan solo me centraba en hacer un trabajo representativo de la mujer de esa época. Poco a poco, he salido de ese estereotipo y lo he subvertido en trabajos como las novelas gráficas de ‘Mean Girls Club’ o en ‘Frog Wife’. Mantuve el aspecto de las mujeres de los 50 con tacones altos y sus minifaldas, pero el papel que desempeñan es totalmente distinto: son mujeres dominantes, subversivas y en una lucha anti-autoritarista. Todavía me inspira mucho la forma femenina, pero trato de darle una vuelta de tuerca e ir más allá de la representación estereotipada de la mujer, de la belleza por la belleza.






Siempre has dicho que eres un artista autodidacta, pero ¿quiénes han sido tus referentes a la hora de desarrollar un estilo estético y una narrativa?


¡Tengo muchísimos! Me han inspirado directores de cine como David Lynch, que precisamente es uno de los pocos que no pertenecen a la década de los treinta, aunque si se puede reconocer parte de su trabajo inspirado en ella. Soy muy fan de las películas de serie B, como las de Roger Corman en los 1950 o Ed Wood Junior con ‘Plan 9 from Outer Space’. Me gusta la honestidad de estas películas que en vez de tener un equipo de producción de doscientas personas, solo encontrarás cinco personas trabajando en ella. Son muy crudas.


En cuanto a comics me gustan mucho los primeros que hizo Marvel con Stan Lee y Jack Kirby y esos primeros comics de los años 30. Basil Wolverton, con ese estilo y ese contenido tan bizarro que más adelante inspiró a artistas como Robert Crumb y otros tantos independientes y underground que vinieron después. También me fijaba mucho en el trabajo de Tarpé Mills, fue una de las primeras mujeres en el mundo del cómic y precisamente se cambió el nombre de June a Tarpé para que la gente no supiera que era mujer, pensaba que perdería la atención de los lectores o la industria y que eso le impediría llegar lejos. Sus trabajos son maravillosos y tiene muchos personajes de mujeres muy potentes como Miss Fury. Otro artista del comic es Franck R. Paul es uno de los primeros en hacer ciencia ficción en los años 20-30, un arquitecto austriaco que se fue a los Estados Unidos y se convirtió en uno de los padres del arte de ciencia ficción, es una muy buena inspiración. Desde pequeño seguía su trabajo y me obsesione con todo lo que hacía. Y, de nuevo se repite como con los cineastas, puede que no sea el trabajo más limpio o con la mejor técnica pero tenía este increíble sentido de asombro, este lado misterioso tan bizarro y casi surrealista…






¿Qué proyectos se presentan en adelante?


Además del ‘toy’, ahora mismo estoy inmerso en un nuevo cómic, más bien una serie de cuatro historias de terror. Lo describiría como un comic de monstruos y pesadillas surrealistas… ¡algo así! Me está costando bastante, porque en vez de hacerlo como siempre, que empiezo desarrollándolo a través de un personaje principal, estoy haciendo cuatro historias cortas a la vez que tengo que ver de qué manera estructurar para enlazarlas. Definitivamente este está siendo mi proyecto de la cuarentena. Recientemente también hice una colaboración con Marvel, un comic corto que he iba a salir ahora y que espero que salga dentro de poco. Y por lo demás lo que estoy tratando es de ponerme con todos los encargos que tengo pendientes. Intento mantener mi agenda flexible para terminar esas comisiones que me van entrando, suelo comprometerme con demasiadas cosas a la vez, ¡estoy intentando salir de esa mala acostumbre!


 


 


 


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