Hacemos video llamada conexión Madrid – Miami. Al otro lado de la pantalla está Alexis Diaz (San Juan, 1982) en su estudio situado en el barrio de Wynwood, una de las zonas con más arte urbano por metro cuadrado. Precisamente el artista y muralista puertorriqueño reconocido internacionalmente por sus detallistas murales de animales, vida, muerte y naturaleza hechos a golpe de brocha y tinta negra china tiene varios repartidos por el área.
Empezó a vivir del arte en 2006, cuando empezó a desarrollar una línea de camisetas con sus diseños. Quería que éstas fueran galerías andantes y que gracias a ellas su arte pudiera estar representado por todo el planeta. Hasta que descubrió el muralismo. Comenzó pintando los muros de su San Juan natal sin a penas cobrar un centavo por ellos, hasta que le llamaron de Miami para pintar durante Art Basel 2011 en Wynwood. Ese primer muro fuera de su isla tuvo tanta repercusión que las revistas que el siempre había admirado, como Juxtapoz, comenzaron a comunicarlo en sus páginas y, en pleno auge de Instagram y los blogs de Street Art, el muro empezó a dar la vuelta al mundo. En 2013 su nombre volvió a resonar tras el muro que hizo en el londinense barrio de Brick Lane del pulpo-elefante.
Divertido y sin dejar de bromear, nos damos una vuelta por su nave-estudio para descubrir cada uno de sus rincones, los proyectos en los que está trabajando, la obra que en breves saldrá a la venta y el proceso creativo del artista. Puro orgullo boricua. Si quieres ver el vídeo completo haz click aquí.
«El estudio mide unos 100 pies cuadrados y tengo colgados algunos de los prints que he sacado. El pulpo-elefante es del primer muro que hice en Londres. Fue en el 2013 y fue un punto de inflexión importante. Es probablemente el mural más popular que he hecho e hizo que mi trabajo empezara a conocerse más en el extranjero. Cuando empecé con ese muro tan solo tenía el elefante en mente y no tenía ni idea de qué más iba a hacer. Estuve frente al mural hasta que salió la idea. Londres es bien caótico, todo el mundo encima… Yo digo que es como el abuelo de Nueva York. Era como un pulpo, me sentía así. Lo estaba pintando en el barrio indio de Brick Lane y a la gente le encantó, fue una bonita experiencia».
«Estas láminas de “Semilla” las saqué a la venta el pasado jueves y en cuatro minutos se vendieron las cien ediciones. Las de abajo ya se ven con las tres últimas manos de tintas. Empiezo siempre con una color sepia, luego un verde siena y al final un poco de tinta negra. Al final trazo con la regla las líneas de oro. Además, saqué una edición de diez impresiones coloreada con acuarela con más color porque las postée y vi que a la gente le gustaban», dice el artista, que es bastante activo en redes. «Usé un papel de algodón de 300 gr. que aguanta muy bien el agua, es importante porque cuando comienzo con el rodillo a echarle tinta con agua el papel sigue sin arrugarse», continúa. «Tengo aquí una prueba de la siguiente lámina que sacaré a la venta, está inspirada en Puerto Rico. Tiene un trasfondo político por la última crisis que ocurrió en la isla hace un año. Es un diseño de un proyecto que comencé a hacer para Adidas, iba a ser una camiseta pero con la crisis del Coronavirus se ha quedado estancado. He recuperado el diseño y saldrá a la venta el 24 de julio en mi web».
«Tengo estas esculturas que estoy haciendo de híbridos de animales, aún les queda pintar. Tengo una ballena – pingüino, una rata – perro o algo parecido y la evolución de un antílope», dice de las esculturas que aún tiene previsto ver si llevará a su futura exposición en Stolen Space en Londres. «Al principio cuando empecé a pintar me gustaba hacer animales que tuvieran mucha textura y con los años todo el proceso ha evolucionado. De acuerdo al espacio donde trabajo voy identificando el animal que sea icono de ese lugar, trato de hacerlo sobrevivir si está en peligro de extinción y lo muto para que el animal se adapte a este nuevo ecosistema que los humanos hemos creado con toda nuestra destrucción. Es una manera de mostrar cómo los animales se están preparando para un nuevo mundo y de qué manera van a evolucionar. Un poco a lo ciencia ficción», dice sobre su proceso creativo. «Tengo varios libros de donde saco ideas de composiciones como “After Man” que escribió Dougal Dixon en 1982 sobre cómo van a ser los animales en 500 millones de años. Me ayuda a sacar muchas de las ideas cogiendo los animales que me interesan haciéndolo a mi estilo», continúa Alexis. «He pedido varios animales disecados online y tengo que ponerme a trabajar con ellos ya esta semana. Necesito una mascarilla porque el olor está ya fuerte por el líquido que les ponen para embalsamarlos. ¡Apestan! La idea es utilizar las alas de uno u otro y unirlos con el escorpión y añadirlas unas flores disecadas… Me gusta tener un balance en las composiciones que hago para que no se vea demasiado oscuro. Me compré este kit para poder abrir los animalitos y poder mezclarlos entre sí, ¡voy a ser todo un doctor profesional! Y no, no es para cortarme las uñas», dice entre risas.
«Yo era de los testarudos que pensaban que la tecnología no iba a poder con la mano humana hasta que me di por vencido hace un par de años… Mi novia me regaló un iPad y yo que soy malísimo con la tecnología tardé en adaptarme. ¡Me sentía un profesional con Paint y esto fue un reto total! Pero es lo mejor que se ha hecho para los artistas, ahora puedo tener las medidas exactas del muro calculadas… Antes lo hacía en una libretita y las matemáticas no son lo mío. ¡No cuadraba bien la cosa y luego sobre el muro trataba de disimularlo!», dice riendo. «Antes la idea se iba creando en el mismo mural, iba absorbiendo la energía del lugar, era un proceso más divertido pero me llevaba mucho más tiempo y ahora parece que estamos en una era en la que hay que hacerlo todo lo más rápido posible».
«El museo de arte de Puerto Rico ha sido el proyecto del que más orgulloso me siento, es la institución artística más importante en mi isla y me invitaron a participar en la colección permanente que cambian cada seis años… Pensaba que iba a hacer alguna pieza y salió la oportunidad de hacer la fachada completa. ¡Es la entrada de la casa de los artistas! Mucha responsabilidad, fueron montones de bocetos, saqué como seis o siete ideas para hacer ese mural y no me salía nada. Estuve una semana y media dando vueltas por el museo viendo pieza por pieza las obras y conociendo a los artistas. Después de dos días pintando me bajé de la grúa y dije no me gusta: lo borramos todo para empezar de nuevo. Habla de las indígenas de Puerto Rico, de la colonización estadounidense… Me tomó 27 días hacerlo. Trabajaba todos los días durmiendo 3 o 4 horas», dice el boricua.
«Una de las razones por las que me mudé a Miami es porque en Puerto Rico yo era un desastre. Lo que hacía era salir todos los días, nos enganchábamos los amigos desde por la mañana y a penas pintaba… Tuve un estudio allá por tres meses y yo creo que en todo ese tiempo hice solo dos sketches. Las veces que paraba en Miami hacía uno o dos cuadros en ese mismo tiempo, así que me di por vencido, en Miami me concentro mucho mejor. Voy del estudio a la casa y de la casa al estudio, salgo con mi pareja a cenar, hago una vida tranquila. Y si quiero ir a ver a mi mamá tomo un avión y en dos horas estoy en casa. Aquí en Basel hago alguna que otra fiesta dentro de mi estudio y tengo estas fotos en la entrada. Aquí sale Ever, está Connor Harrington, está Zed, D*Face, London Police, Case Maclaim, Pastel, Jacopo (Never2501) bailando con Elian Chali… ¡Todo el grupete completo!» dice Alexis.