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10 minutos con… Íñigo Sesma

29 de Junio de 2020
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Como en un road movie americano o las escenas de ‘En la carretera’ de Kerouac, el artista donostiarra residente en Madrid Íñigo Sesma (San Sebastián, 1987), nos transporta gracias a sus pinturas a los escenarios de la América profunda, sus suburbios, su abandono y sus personajes. A través de un trabajo de documentación fotográfica, Sesma retrata las escenas cotidianas que se encuentra a su paso por el vacío que recorre atravesando, cámara en mano, los estados de Pensylvania, Missouri, Illinois, Kansas o Maryland. Con una estética cinematográfica y una mirada muy personal retrata las atmósferas en las que coexisten el abandono social y la vida que se concentra en ‘diners’, áreas de servicio y moteles de carretera, llevándolo a su trabajo de estudio y mural.


Pintura clásica reinterpretada con un lenguaje contemporáneo en el que destaca un magistral dominio del óleo y la luz y donde lo emocional atraviesa las barreras de la pintura. El artista figurativo de la escuela vasca, formado entre Barcelona, Bilbao y Nueva York, acumula durante la última década hasta diez exposiciones en solitario entre Madrid, Donosti, Miami o Los Ángeles y está terminando de preparar su próxima exposición que le llevará a París de la mano de la galería PDP en los próximos meses. Hablamos con Sesma para conocerle a él y su trabajo un poco más de cerca.


 


Tu primer recuerdo pintando… Mi primera memoria ya es pintando. Toda la vida, desde el colegio de enano. Recuerdo cuando era pequeño, igual tendría unos 3 o 4 años, cogí el maquillaje de mi madre y pinté todo el pasillo. ¡Me montó una buena!


Lo último que pintaste en la calle… Hice una pieza hace unos meses, una pachanga con Gviiie y Jeims en Madrid.


Pintar en la calle o el trabajo de estudio… Me dan cosas muy diferentes. En la calle siempre te puedes encontrar más problemas e imprevistos pero cuando terminas de hacer una pieza en la calle la satisfacción es mayor que a la del estudio, igual por que paso mucho más tiempo en el estudio, mi trabajo es principalmente de estudio y hay más confort.






¿Tu color? Lo que me interesa más es la combinación de colores, que cambian según el que tenga al lado. Utilizo paletas de colores por épocas, ahora estoy utilizando más verdes y azules, pero va cambiando con el tiempo. Donde me doy cuenta es cuando abro el grid de Instagram, al ir bajando veo los tonos cómo van cambiando por etapas.


Una rutina diaria… Intento mantener una rutina siempre que tengo algún proyecto a la vista y suelo ser más estricto. Voy al estudio y me gusta comer allí. Trato de estirar el día pintando todo lo que puedo, luego hago deporte y por la noche quedo con amigos.


¿Con quién te gustaría hacer una colaboración? Tengo una colabo pendiente con Spok. Va a ser una pieza de estudio pero todavía no sabemos cómo va a ser. Tiene pinta que va a ser un poco free style, empezar yo algo, el seguirlo, yo volver a cogerlo… Un shout out a Spok.


 Un artista al que admires… Ahora mismo diría Zoer.


Un artista menos conocido con buena proyección… Gviiie de Madrid. Otro shout out.


Un estilo pictórico… Últimamente ando bastante caliente con un estilo que más que pictórico es literario, incluso cinematográfico aplicado a la pintura, que se llama ‘realismo sucio’. Es una descripción narrativa cronológica donde no hay puntos importantes específicos, si no lo que importa es el conjunto de toda la historia. Es muy lineal. Lo traslado a la pintura con varias obras de una manera muy ‘atmosferizada’.


El trabajo con el que más has disfrutado… De muros diría el que hice en Croacia en colaboración con Sebas Velasco en el Festival Graffiti na Gradele. Estábamos pintando un muro a tres metros del mar y nos pasamos el día entre el agua y pintando. Había una franja de 12 a 3 de la tarde donde no se podía pintar por el solazo que pegaba, con lo cual estábamos en la playa.






¿Y con el que más orgulloso te sientes? El muro que hice en Downtown Los Ángeles para mi solo show en diciembre de 2018 con la galería PDP. Fuera de la galería había un muro y cada vez que alguien expone se interviene. Estuve cinco días solo en la galería por que estaban en la feria de Scope y estaba súper tranquilo, muy centrado, nervioso por la expo… Y con muchas ganas de hacer algo muy guapo. Me quedé muy contento.






¿Un punto de inflexión que marcara tu carrera? Cada vez que haces un solo show es un momento importante, echas toda la carne al asador y te replanteas muchas cosas. Aparte de eso mi etapa tanto en Berlín como en Los Ángeles donde hice una residencia artística han sido bastante potentes para mi. Estaba todo el día pensando en mi obra y estaba rodeado de gente que estaba en las mismas, fueron experiencias muy positivas.






¿Tu mentor? No he tenido a nadie específico, empecé solo y aunque si que he tenido profesores que me han enseñado mucho yo creo que al final mis mentores son los colegas de mi ‘crew’: Mikel Del Río, Gabriel Coca y Sebas Velasco.


Tu trabajo en tres palabras… Figurativo, muy ligado a la pintura documental y atmosférico.


¿Y tu personalidad? Muy chill.






Una ciudad para pintar… Madrid.


Un lugar especial para ti… Mi estudio.


¿Qué no soportas? El olor a spray y disolvente en el estudio.


El último libro que has leído… «Crónicas de motel» de Sam Shepard. Son diferentes historias cortas sin conexión entre ellas. Puede tener algo de relación con lo que hago, es una novela de carretera vinculados con esa estética americana que me gusta.






La última película que has visto… Tardo tanto en elegirlas que las acabo viendo súper tarde y me quedo frito. La última fue «Historias del Kronen».


Una serie… «The Wire» está muy guapa. Está basada en Baltimore, donde estuve a finales del diciembre pasado haciendo un proyecto fotográfico.


¿Qué música te inspira? Últimamente estoy que no encuentro lo mío, me he aburrido un poco de todo. Estoy en un momento de descubrimiento tratando de buscar algo nuevo. Estoy escuchando una cosa que se llama «global bass», mucha mezcla cultural.


Un museo o espacio de arte… La National Gallery de Londres, estuve hace unos tres años y tienen una sección de retratos muy buena.






Un cuadro que te haya marcado… Más que un cuadro recuerdo una expo de Neo Rauch que vi en Berlin. Me quedé loco con sus obras, toda la expo era bastante potente.


Un muro… De Aryz. Por las dimensiones enormes y la paleta de colores que usa.


Un bar donde encontrarte… En el Pokhara, cuando subo a Donosti siempre estoy ahí metido con mis colegas.


Una comida… Unos buenos txipirones en su tinta.






¿Cuales son tus miedos? A perder las ganas de pintar. También a no poder pintar. Hace poco me corté el dedo índice de la mano derecha y tenía un miedo terrible a no poder pintar.


¿Alguna manía u obsesión? Casi un toc que tengo es que no puedo evitar rascarme la cara siempre con las manos llenas de pintura y me mancho la cara. No sé ni por qué lo hago.


¿Solo o acompañado? Me gusta estar solo pero después de esta cuarentena quiero estar acompañado.


¿En qué pierdes el tiempo? Buscando las llaves antes de salir de casa.






Una meta… Hacer una expo en Asia. Me he movido mucho por Europa y Estados Unidos pero tengo muchas ganas de hacer un proyecto allí.


¿En qué estás trabajando ahora? En un solo show en París que se canceló debido a la cuarentena. Estoy terminando de prepararlo.


Tu futuro ideal… En un estudio en medio del monte sin ningún estrés de ‘deadlines’ o expos. Pintando y pintando. 


 Un mantra… «Work hard, play harder».


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