108 (Guido Bisagni)
(Italia, 1978)
108 (Guido Bisagni) nació en Alessandria en 1978.
Exponente histórico de la escena artística urbana italiana, es licenciado en Diseño Industrial por el Politécnico de Milán y está considerado uno de los primeros y mayores exponentes del arte abstracto post-graffiti a nivel nacional y europeo. Se acercó al mundo del graffiti a los trece años, accediendo a él desde la cultura punk-rock y el monopatín más que desde la dirección más común del hip-hop. Sus intervenciones en las calles de Alejandría se acercaron en un primer momento al estilo americano más tradicional, con cierta experimentación en la vía tridimensional propuesta por la escena suiza y alemana, para más tarde familiarizarse con los estilos nórdicos más vanguardistas. En 1999, influido por la superación de la idea común del graffiti operada por el mundo transalpino (André; Stak; Honet), abandonó el lettering tradicional para dedicarse a fórmulas expresivas más distintivas y caracterizadoras, como subraya también la transición al seudónimo 108, un nombre despersonalizador derivado de una combinación de intereses por las filosofías orientales y la geometría.
Signos, símbolos, materializaciones abstractas con rasgos orgánicos conforman su nuevo imaginario poético y espiritual, en cuya concepción se apoderan contaminaciones de distintas fuentes, desde el abstraccionismo de las vanguardias históricas a la causalidad dadaísta de H. Arp, desde la numerología a la pintura primitiva. El componente chamánico de las religiones orientales y la teoría del color de Kandinsky son aportaciones fundamentales para construir un discurso en torno a estas formas suaves, etéreas y pesadas a la vez, no tanto en la dirección de su porte estético, aunque muy presente, sino en su intimidad universal. Tras una primera fase caracterizada por el uso de películas adhesivas en tonos amarillos brillantes, la artista de Alejandría encuentra una dimensión más propia en la dedicación completa al negro, entendido como vía maestra hacia la profundidad introspectiva. El uso de pintura, rodillos y la búsqueda de lugares ajenos al contexto urbano, muros de estructuras abandonadas y paredes solitarias en el paisaje natural, identifican esta fase. En años más recientes hay un retorno definitivo al color, siempre investigado en su ineludible componente simbólico.
Fundamental es, además, la relación con la superficie y los lugares de intervención, estos últimos observados y cuestionados como entidades precisas, por tanto respetadas y nunca «ocupadas». Tras el descubrimiento de las composiciones sonoras de L. Russolo, 108 amplió también su experimentación al campo de la música bajo el seudónimo de Larva 108. Con la ayuda de viejos ordenadores e instrumentos acústicos, traslada la inquietud de las obras murales a la producción de ruidos inquietantes y composiciones sonoras.