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Amaya Suberviola

(1993, Navarra)

Amaya Suberviola (Mendavia, Navarra. 1993) se graduó en Arte, con especialidad en pintura y gráfica por la Universidad Pública del País Vasco (2011-2015), dónde también realizó un máster en Pintura (2016).

Ha disfrutado de varios premios y residencias como la beca de Ampliación de Estudios Artísticos de Navarra (2015 y 2016), la residencia Nautilus (Lanzarote, 2017), Beca concesión de estudio en Bilbaoarte (Bilbao, 2021), Premio selección Ertibil (Bilbao, 2021) Beca de producción artística del Gobierno Vasco (2021) o la Beca de Producción Vegap (2021). Ha mostrado su trabajo en ciudades como Bilbao (SC Gallery y Galería Lumbreras), Madrid (Sala Galileo), Amsterdam (Marian Cramer Projects), o Miami (Void Projects).

El núcleo o eje central de su trabajo en la actualidad es el Proyecto Pantallas. Nace de la investigación en torno a un método de configuración de imágenes a través de diferentes ventanas dentro de la pantalla del ordenador. El escritorio se usa como mesa de trabajo virtual y las composiciones se materializan en obras plásticas, traduciendo la imagen digital a un lenguaje pictórico. Las ventanas son módulos contenedores de imágenes que se pueden ampliar o reducir, superponer, reflejar o cualquiera de las acciones limitadas que permite la vista previa de una computadora. El fin es estructurar una composición que de como resultado una imagen concreta que cumpla con sus objetivos. A nivel técnico, le interesa descubrir qué cualidades estéticas proporciona este proceso de trabajo a la pintura y gestar unos cuadros desde un mundo y un lenguaje que no es propio de ellos. La iniciativa de esta propuesta aparece cuando se establece una asociación entre las características formales que ocurren entre este modo de generar bocetos y las cualidades que ya le interesaban a Suberviola dentro de la pintura. Por ejemplo la representación del espacio y su capacidad de anulación mediante la superposición de imágenes, o la construcción del motivo dentro de los límites del propio marco, como si se tratase de un cuadro cápsula o continente, al igual que ocurre con las ventanas dentro de pantallas de nuestros dispositivos tecnológicos, dónde conviven diferentes realidades acotadas.