Para Atanda Quadri Adebayo la pintura es un viaje de autorrealización y descubrimiento, que le permite reconocer el pasado y proyectarse a sí mismo hacia el futuro. El artista nació en Badagry, a las afueras de Lagos, en Nigeria, hace tiempo un importante cruce de caminos en el comercio trasatlántico de esclavos. El brutal pasado colonial es parte de su historia, que él transmite a través de su obra. Las figuras que pueblan su trabajo representan hombres y mujeres inquebrantables, que estallan de color y esperanza, a pesar de la adversidad incrustada en sus vidas. Retratados en elegantes poses, sus expresiones faciales transmiten una vulnerabilidad empoderada, así como felicidad en medio de la lucha diaria.
El primer acercamiento de Adebayo a la pintura tuvo lugar a corta edad, cuando su madre solía traer a casa trozos de carbón que vendería en Lagos para sostener a la familia. Gradualmente se fue interesando en ellos y empezó a usarlos para dibujar. Hoy en día, Adebayo todavía usa carboncillo para retratar la piel de sus personajes y para dar, con un simple trozo de carbón, un punto en común a su obra y su vida personal.
El motivo de “alma artística” de Adebayo es un símbolo de resiliencia, ya que usa la repetición de un patrón abstracto creado soplando acuarela en el lienzo con una pajita. El simple acto de pintar usando su respiración se convierte en una metáfora de la vida que le permite infundir a su arte partes de sí mismo, combinando arte y vida.
Atanda Quadri Adebayo es titulado y titulado superior en pintura por el Yaba College of Technology, Lagos, Nigeria.