Capi Cabrera
(Las Palmas de Gran Canaria, 1983)
Capi Cabrera se balancea entre el contraste de materiales industriales con acabados superficiales como el acetato, el metacrilato o el caucho artificial y la calidez del gesto y su expresión. El uso de estos materiales y la posibilidad de transformación, implican un desapego de la imagen final, de la obra. Predominando un claro posicionamiento sobre el valor, la importancia de los procesos y la investigación que pasan a ser más importantes que el resultado final. Siendo imposible entender la pintura sin la espera.
Los procesos creativos relacionados con la abstracción y mecanismos no referenciales permiten a Capi Cabrera encontrar un modo de expresión, un lenguaje, un juego donde estar atento a los hallazgos y una búsqueda de coherencia entre los procesos pictóricos y vivenciales.
Conceptos como el azar y la serendipia, son abrazados como un método de acercamiento a los procesos; un intento de alejarnos de la idea del resultado como algo previsto y planificado. La huella como extensión gestual del cuerpo; el vacío como elemento generador de transformaciones; el brillo y la luz; hacen que lo procesual se convierta en uno de los principales valores para la obra en consecuencia de ese devenir creativo.