Cesc Abad
(España, 1973)
A lo largo de sus años de experimentación, Cesc ha desarrollado un interés especial por el ser humano y su relación y efecto sobre la naturaleza. Tras años de estudio de los grandes maestros de la pintura, encontró su técnica en la pincelada postimpresionista y su historia en el simbolismo.
Las cerámicas de Cesc Abad, lejos de ser un descubrimiento arqueológico, son un descubrimiento iconográfico con múltiples figuras y lecturas. Están acompañadas por una paleta de color muy especial que otorga a sus obras un número infinito de visiones e interpretaciones: la lectura o interpretación en sus cerámicas puede realizarse de abajo hacia arriba, de derecha a izquierda o en sentido inverso. Esto permite al espectador disfrutar de diferentes historias o momentos que enriquecen la condición humana. De alguna manera, recuerdan a los bajorelieves sumerios, cuyas historias se configuraban en franjas o registros alrededor del recipiente y cuyo contenido inicial era principalmente religioso y votivo. También presentaban figuras sentadas o en procesión, así como animales, que otorgan a las piezas un registro narrativo. Amarillos, verdes, azules y rojos dotan a estas cerámicas de un color y una luminosidad que oscila entre lo kitsch, lo pop y lo natural, que es la vida misma.