Golnaz Payani
(Irán, 1986)
BIO
Golnaz Payani es una artista multidisciplinaria franco-iraní nacida en Teherán en 1986. Tras obtener su licenciatura en Pintura por la Facultad de Arte y Arquitectura de Teherán, continuó sus estudios en la Escuela de Arte de Clermont-Ferrand, donde obtuvo su DNSEP (Máster; Diploma Nacional Superior de Expresión Plástica) en 2013. La práctica artística de Golnaz es abierta y explora diversos medios, incluyendo cine, video, trabajos en tela, instalación, performance y poesía. Regularmente exhibe su obra en exposiciones individuales y colectivas en Francia y el extranjero.
DECLARACIÓN ARTÍSTICA
"Mi recorrido artístico está arraigado en el tema de la desaparición, explorando los rastros y su percepción. Nací en Teherán en 1986, durante la guerra Irán-Irak, y los años posteriores estuvieron marcados por la transmisión regular de listas de personas desaparecidas. Estas desapariciones adoptaron diversas formas en Irán, afectando no solo a figuras políticas, sino también a aspectos cotidianos de la vida. Las órdenes de silencio impuestas por los adultos obligaban a los niños a ocultar sus vidas diarias al mundo exterior. Celebraciones como cumpleaños, bodas y reuniones con amigos se realizaban en secreto, lejos de miradas indiscretas. Mi infancia fue un constante conflicto entre las apariencias exteriores y la vida privada invisible.
A los 15 años, me vi obligada a usar el velo, lo que cambió mi relación con la tela. Solía amar jugar con retazos de tela que obtenía de mi abuela, pero se convirtieron en objetos de opresión, una carga. De maravillosos, tangibles y coloridos juguetes, pasaron a ser un uniforme que borraba todos los rastros de mi personalidad. Mi partida hacia Francia en 2009 influyó significativamente en mi trabajo artístico. Desarrollé mi interés por lo que ahora estaba fuera de la vista, desaparecido e invisible, y reconecté con mi amor por la tela.
La naturaleza versátil de los textiles me fascina; pueden tanto ocultar como revelar, uniendo lo visible y lo invisible. Me doy cuenta de que los textiles funcionan como frontera y conexión, representándonos mientras nos cubren.
Hoy cuestiono tanto la credibilidad del rastro para representar su fuente como la fragilidad de nuestra memoria para recordarlo. Una vez que la realidad se desplaza, se borra o se cubre con la yuxtaposición de otras posibles realidades, ¿qué imágenes permanecen fieles a su representación? Si nuestra interpretación de la realidad no es más que una proyección —truncada, distorsionada o corregida a partir de la percepción del evento original— también cambia con el tiempo, según nuestra voluntad. No alabo ni critico la memoria. Mi trabajo permite que el rastro se emancipe de su fuente y se convierta en una forma lograda, poseyendo su propia identidad. Mis obras congelan momentos para revelar diversas realidades temporales. Extraigo el objeto del tiempo, lo analizo y lo disecciono en su estado preciso en un momento dado, como un corte quirúrgico. Examino de cerca esta realidad y cuestiono los vínculos que permanecen entre el objeto, su rastro y su trayectoria".