Heidi Ukkonen
(Suecia, 1980)
Heidi Ukkonen (nacida en 1980) es originaria de Suecia y reside en Amberes, Bélgica. Se graduó con un Máster en Bellas Artes en Pintura en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes en 2015.
Las pinturas de Heidi Ukkonen exploran temas de lo mundano, como las relaciones, la angustia y el sufrimiento. Estas representaciones se muestran a través de animaciones lúdicamente deformadas de la vida en la sociedad moderna. Basándose en el conocimiento y la inspiración de las obras de Philip Guston, David Hockney, Matisse, Bosch, Ingres, o de sus propias experiencias, pasadas y presentes, ella busca llevar a su audiencia a un mundo donde lo habitual se vuelve inusual, lo feo se convierte en bello y el dolor en humor. La combinación de diferentes medios (acrílico, aerosol, témpera) junto con una multiplicidad de colores y texturas, contribuye a la fuerte identidad gráfica de sus pinturas, dándoles vida, como un collage pintado.
La vida cotidiana es una fuente inagotable de inspiración para Heidi Ukkonen. Pinta la tristeza, el dolor, la soledad y la monotonía de la vida diaria con colores intensos, dibujos dinámicos y detalles que provocan una sonrisa. En este sentido, se presenta como una narradora que explora la naturaleza humana, sin renunciar a la alegría y al optimismo. Indecisos, defensivos, necesitados de amor, temerosos, soñadores, inactivos... Sus personajes expresan una miríada de estados de ánimo, en medio de lo que parece ser una historia en curso; llevando al espectador hacia otras emociones, diálogos y escenas. El aburrimiento, nuestras peculiaridades únicas, el deseo de aferrarse a algo (quizás alguien, quizás a la vida misma) se expresan con un tono ligero, aunque el dolor subyacente es evidente.
A Ukkonen le gusta hacer su investigación por la noche. Su enfoque experimental y fortuito pinta los restos del día. Sus sutiles exploraciones en color, forma y emoción revelan vitalidad, picardía y detalles oscuros en la rutina, que a menudo asociamos con la inmovilidad y lo insípido. Su obra posee algunos elementos distintivos: la gran abundancia de color, expresiones desenfrenadas, rasgos de caricatura, toques surrealistas en lo ordinario (y mundano). Por un lado, hay un estado de alerta, como si algo pudiera salir mal en cualquier momento; por otro, hay optimismo, una actitud de “no te preocupes, la vida es dulce” y numerosas sonrisas traviesas.
Heidi Ukkonen dice que se centra en la naturaleza humana y le gusta usar colores brillantes para aliviar los estados de ánimo oscuros y depresivos que emergen en sus personajes. La obra de Ukkonen es una mezcolanza de escenas desconectadas, expresiones faciales e imágenes que recuerdan a instantáneas de naturaleza muerta. Con color y textura, estas pinturas nos proyectan en nuestro propio mundo emocional, en una espiral de compasión y caos.