Mariah Ferrari
(Milwaukee, 1996)
Al crear figuras contorsionadas nacidas a través de modelos, Ferrari genera dualidades de presencia humana y realidad simulada. Como seres humanos, navegamos por el espacio con nuestros cuerpos a través del movimiento y el tacto. Las figuras se deconstruyen para realizar únicamente estas funciones, basándose en el lenguaje corporal y la conexión de las formas para crear contenido. Utilizando un color y una luz hiperrealistas, Ferrari pone a prueba la verosimilitud tanto de la figura como del suelo. Los elementos acuáticos presentes en el cuadro aportan una sensación de familiaridad al espectador, fomentando una realidad creíble mientras todos los elementos siguen siendo artificiales. Esto desafía nuestra percepción de la experiencia humana tanto en la actualidad como en la simulación, poniendo en duda el hecho sensorial de estar vivo.