La obra de Michael Staniak, a primera vista, se presta a equívocos. Las composiciones aparentemente abstractas, dominadas por vivos degradados de color, parecen contar una historia del mundo digital, sobre la superficie plana de la pantalla y la frivolidad de nuestras vidas en las redes sociales.
La obra del artista australiano (nacido en 1982 en Melbourne) se identifica a menudo con el arte post internet, un término que se lanzó a principios de la década de 2010 para identificar el trabajo de un grupo de jóvenes artistas cuyas obras denotan una profunda influencia de los contenidos que consumen en la red. Aunque Staniak encaja en esta etiqueta, tanto generacionalmente como a nivel de su estética dominante, además de reconocer él mismo la influencia de este fugaz y controvertido movimiento artístico, otras referencias más profundas arrojan una nueva luz sobre su obra.