Pepo Moreno nació en España en los últimos años de lo que ahora llamamos la Generación Millennial. Creció dibujando en su ciudad natal en el campo y pasó su juventud coqueteando con una carrera de cantante mientras estudiaba una licenciatura en Comunicación y Publicidad.
Siempre enemigo del armario y amigo de las artes, se mudó a la "pobre pero sexy" Berlín, donde adquirió experiencia de primera mano sobre cuán amplio podría ser realmente el espectro de lo queer. Fue entonces cuando floreció su primera serie de dibujos entre lo triste, lo alegre y lo feo.
Hoy, Pepo vive en París, y sus pinturas se han convertido tanto en una burla como en una celebración de los estereotipos gay en la cultura pop occidental. En lo superficial – la estética–, su trabajo explora una miríada de colores saturados utilizando diferentes variaciones de técnicas de pintura acrílica. En el fondo, abarca algunas de las contradicciones de la experiencia de la vida queer moderna: desde la pura alegría de estar fuera, orgulloso y simplemente vivo, hasta la obsesión eternamente joven y eternamente hermosa que a menudo oculta la soledad y el aislamiento de ser un paria.