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Tecnología y naturaleza: Paisajes digitales

9 de Diciembre de 2022
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A lo largo de la historia del arte, la naturaleza ha sido un elemento recurrente, ya sea como paisaje de fondo, como detalle o como protagonista. La visión clásica de la naturaleza muestra composiciones sobre lienzos que buscaban recrear la armonía y el equilibrio de paisajes, jardines y bosques a base de pinceladas delicadas pero precisas. Por otro lado, la naturaleza también se ha representado en su forma más cruda y despojada, con nubes grises en el cielo y tormentas eléctricas.


 


Con el tiempo, las pinceladas se fueron soltando y los pintores empezaron a fijarse en otros elementos de la naturaleza, como la luz. Y más tarde, con la aparición de la fotografía como expresión artística, la naturaleza pudo representarse tal y como era. El punto en común de estas diferentes técnicas es la expresión de las emociones humanas profundas a la vez que se retrata la complejidad de la naturaleza. Buscar formas de reproducir la realidad sublime y a la vez cruda del entorno que nos rodea.


 


Queda claro qué es la naturaleza y cómo se ha representado, pero planteémonos lo contrario de la naturaleza. Si nos formulamos esta pregunta, podemos empezar a considerar elementos que dependen de nosotros para funcionar, a diferencia de la naturaleza. Es decir, la tecnología. A pesar de que existen algoritmos automatizados que pueden hacer que un ordenador funcione por sí mismo, ese algoritmo depende de una programación previa realizada por humanos.


 


Aunque aparentemente antagónicos, son numerosos los artistas que han aprovechado esta contradicción entre tecnología y naturaleza para recrear la naturaleza a través de la tecnología. Mediante las herramientas digitales se pretende reproducir la armonía, lo indómito y lo crudo de la naturaleza con el mismo objetivo que los artistas clásicos.


Los avances tecnológicos han permitido incluso a estos artistas crear entornos que en algunos casos ni siquiera existen, pero que encarnan y capturan la esencia de la naturaleza. Hemos querido reunir algunos artistas y proyectos que son el ejemplo perfecto de la versatilidad de los paisajes digitales.


 


Ida Lissner


Ida Lissner es una artista afincada en Copenhague que diseño mundos virtuales a través de la tecnología. Su principal fuente de inspiración es el sentimiento de pérdida causado por los cambios irreversibles que el ser humano está provocando en nuestro entorno.


 


Sus obras recrean un paisaje efímero que parece místico, pero con muchas similitudes con los jardines terrenales.


 




 












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«Las flores mueren dos veces» de Cristóbal Asencio


Este proyecto es una reconciliación entre el artista Cristóbal Asencio y su padre Margarito, que se suicidó cuando Cristóbal tenía sólo 15 años, descubriendo la verdadera razón de su muerte cuando él tenía 30 años. Para recrear las asociaciones e imágenes que Cristóbal tiene de su padre, quiso representar estos «recuerdos corruptos».


 


Tomando como referencia los planos del paisaje del último jardín en el que trabajó su padre, crea un jardín digital mediante técnicas de fotogrametría que establecen un diálogo entre la fotografía, la memoria, el mundo digital y lo orgánico.


 




 












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Ry Decker


Ryan Decker crea paisajes imaginarios que parecen surrealistas, casi como un sueño febril. Sus criaturas y plantas ficticias de aspecto redondeado cobran vida en sus composiciones, que algunas incluso después pasan de ser objetos virtuales a una realidad tangible.


 




 












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Yosi Negrín


Yosi Negrín es un artista español de Tenerife cuya obra investiga el vínculo entre lo virtual y lo real. Para explorar cómo la tecnología moldea nuestra realidad y nuestra forma de ver, Yosin trabaja empleando imágenes en 3D, imágenes en movimiento, simulaciones e incluso trabajo in situ.


 


Uno de sus últimos proyectos es «rare-earth», que forma parte de la exposición colectiva «No Tears Left to Cry», en el Museo de Arte Contemporáneo de Zagreb, donde muestra las complejidades que existen entre el exceso de digitalidad y la geología.


 




 












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Riniifish


Las criaturas de Riniifih forman parte de su propio planeta, al que llama M7. Estos simpáticos y vivos insectos reflejan sus propios estados de ánimo y emociones. En algunos de los bichos pueden verse huevos incubando, mientras que en otros incluso crecen plantas, lo que confiere a su obra un carácter psicodélico.


En una entrevista reciente con Wepresent, Riniifish expresó que su obra también le sirve como mecanismo de supervivencia, una vía de escape que la tranquiliza y le permite vivir una fantasía a través del arte.


 




 












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