El arte de Brines, rico en expresionismo, ahonda en los entresijos de la naturaleza humana. Los personajes, fusión de rasgos humanos y animales, derivan de arquetipos y recuerdos de la infancia, dando forma a una narrativa vibrante y audaz.
Su obra redefine la realidad, mezclando la iconografía contemporánea con elementos de cuentos de hadas y mitos. Esta fusión crea un universo distintivo que desafía la estética convencional al entrelazar lo natural con el caos de la modernidad.
El imaginario de Brines navega por las complejidades de la dualidad sociopolítica mundial, empleando el humor para establecer conexiones matizadas. Influido por el expresionismo, el neoexpresionismo y la posmodernidad, su arte participa en un discurso global.
Su licenciatura en Bellas Artes avala su reconocimiento internacional, que se ha plasmado en exposiciones en Caracas, Basel, Bogotá, Frankfurt, Nueva York, Miami, Madrid y Seúl, consolidando su impacto en el arte expresionista contemporáneo.